Viajar es bonito, ¡muy bonito! Pero viajar con niños es maravilloso. Existen muchas razones por las que viajar con niños mola. Al menos eso pensamos en Menudos Viajeros. Os daremos 10 razones. ¿Podéis pensar en más?

1. ¡Ver el mundo a través de los ojos de un niño mola mucho! Donde nosotros vemos un barco, ellos ven piratas. Donde vemos un palo, ellos ven una espada. Donde vemos setas, ellos ven un país donde reinan los elfos. Así, el viaje se convierte en toda una aventura.

2. Mola ver cómo los niños enseguida se dan cuenta que la tele/ el ordenador / los juguetes no son imprescindibles para poder divertirse. (¿Os acordáis del anuncio del palo? Pues esa idea, disfrutar de lo simple.)

3. Viajar con niños mola, porque creamos bonitos recuerdos en familia que duran toda una vida. Yo me acuerdo de cada uno de los viajes que hice con mi familia. Escucharles a mis padres hablar en la penumbra, mientras mi hermano y yo intentábamos dormir en la tienda de campaña. Hacer hogueras juntos (aunque hacía 30ºC fuera). Perderse en el camping, nadar en lagos.....

4. Mola ver que existe una lengua universal entre los niños y cómo enseguida hacen amiguitos de otros países.

5. Mola aprender a viajar pausadamente. Os juro que sin niños hacíamos 4 países en 3 meses (para acabar reventados). Ahora vemos igual algunos pueblos en una semana. Nos divertimos haciendo relativamente poco (esto era impensable) y nos encanta. 

6. Viajar juntos fortalece los lazos familiares. Y eso mola un montón. En nuestra vida diaria corremos de un lado a otro (a fútbol, al cole, a clases de inglés, al supermercado, a casa....), y a veces el tiempo que realmente pasamos en familia es poco. Cuando estamos de vacaciones, redescubrimos el placer de hacer cosas juntos.

7. Al viajar con niños, les abres nuevos horizontes. Se enseñan otras formas de vivir, pensar, reaccionar. Mola, porque no se dan ni cuenta de todo lo que están aprendiendo.

8. Viajando con niños aprendemos a despreocuparnos. Los niños no se van a acordar de que el camping estaba sucio, de los pelos en la ducha, de no tener calefacción. A los niños no les importan estos detalles. Se acuerdan de la zona de juegos, de los viajes a la ducha por la noche con la bolsa de aseo bajo el brazo, de dormir bajo 3 mantas. Se quedan con lo bueno.¡Mola!

9. Viajar con niños mola, porque pierden un poco de vergüenza. Podemos hacerles responsables de pequeñas tareas como comprar croissants en la tienda local.

10. Mola volver a casa. Cuando regresamos a casa, valoramos más lo que tenemos y afrontamos la rutina con nuevas ganas. Qué alegría para los más pequeños reencontrarse con su habitación, sus juguetes etc.